Deliciosos bombones crocantes de chocolate caseros

25 noviembre 2011
Esta es una de las recetas más ricas y sencillas de bombones que podemos encontrar. Sin duda, si la pruebas ¡repetirás!

Ingredientes

  500 g  chocolate con leche
  250 g  almendras troceadas
  40   g  manteca de cacao


Preparación

  1. Se funde el chocolate al baño maría o al microhondas (a potencia media).
  2. Se añade la manteca de cacao y remueve todo bien para que quede una mezcla homogénea.
  3. Se agregan los frutos secos y se vuelve a remover la mezcla.
  4. Se hacen los bombones dejando con una cuchara montoncitos sobre una fuente.
  5. Después se meten en la nevera para que enfríen.
Aquí tenemos nuestros deliciosos bombones crocante de chocolate caseros:


Bombones de chocolate


Consejo

Compra los ingredientes en una tienda especializada en repostería. El chocolate debe ser de cobertura como el que muestro en la fotografía.

También puedes hacer los bombones de chocolate negro o chocolate blanco. Has de tener en cuenta que no es necesario agregar manteca de cacao al chocolate blanco.


Ingredientes de bombones de chocolate
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10 claves para encontrar la felicidad

felicidadLa búsqueda de la felicidad es una constante en nuestras vidas. Todos anhelamos alcanzarla, aunque son muy pocos los que realmente la consiguen, al menos durante un periodo prolongado de tiempo.

Quizás podríamos recriminar a la sociedad, a nuestra educación pobre en inteligencia emocional, a los problemas o los imprevistos que nos abordan, que tienen toda la culpa de ello. Incluso podríamos elaborar una lista interminable de posibles culpables, aunque lo cierto sería que nos estaríamos engañando. La felicidad no depende en tanta medida de nuestras circunstancias (tal y como nos gusta creer), sino de las actitudes que mostramos hacia ellas. Por ello, en vez de lanzar balones fuera, debemos plantearnos: ¿qué es lo que puedo hacer yo para ser feliz?


Aquí os muestro una lista que he elaborado después de reflexionar mucho sobre el tema que espero os resulte útil.

10 claves para encontrar la felicidad:
  1. Tener pensamientos positivos y de ánimo. Cuando pensamos frases como: "No puedo hacerlo", "El esfuerzo que le dedico no se verá recompensado", "Siempre me dan la espalda cuando más les necesito", únicamente nos estamos perjudicando a nosotros mismos. Si aprendemos a sustituirlas por otras más positivas como: "Sé que puedo hacerlo", "Aunque ahora mismo no se vea el esfuerzo que he dedicado, sí se verá en el futuro" o "Es bueno saber con quién puedes contar para tener a tus amigos más cerca", el cambio en nuestro estado de ánimo será visible. Porque, tal y como he explicado en la entrada ¿Cómo puedo dejar de sufrir?, los pensamientos son los precursores de nuestras emociones y la llave de nuestra felicidad.
  2. Desarrollar una visión más objetiva. La objetividad es una de las claves que nos ayudan a reducir el sufrimiento. Si bien es cierto que puede resultar difícil (pero no imposible) ser objetivos cuando somos nosotros los que estamos inmersos en determinada situación, debemos aprender a analizar las circunstancias con calma y realismo. También sirve de ayuda acudir a un amigo que (en caso de que se así) sea capaz de decirnos que estamos equivocados, por mucho que nos duela escucharlo.
  3. Fomentar las ilusiones. Sin ilusiones la vida no sería más que una continua obligación tras otra, todas ellas carentes de sentido. Las ilusiones son el engranaje que nos obliga a movernos hacia delante, la fuerza que nos alienta, el oxígeno que aviva nuestro fuego interno.
  4. Ampliar/cuidar el círculo de amistades. Las personas somos sociables por naturaleza y, por tanto, nuestro bienestar/felicidad aumenta cuando nos sentimos escuchados, atendidos y ayudados por los demás. Cuidar y alimentar el círculo de amistades es algo primordial para no sentirnos solos y fomentar emociones positivas.
  5. No sufrir por aquello que no tiene solución. ¿Cuántas veces nos hemos sorprendido dando vueltas a algo que ya no tiene remedio? Todo ese desgaste mental tiene un precio demasiado alto: nos hace malgastar energías y mella nuestra estabilidad emocional. Si ya no podemos evitar el mal acontecido, ¿para qué seguir pensando en ello?
  6. Asumir que nos podemos equivocar. Nadie es infalible y, por lo tanto, todos nos equivocamos. Por ello es necesario que aprendamos a ser comprensivos con nosotros mismos y a recoger la experiencia positiva que nos ofrece cada situación.
  7. Hacer deporte. El ejercicio físico nos ayuda a liberar tensiones y a estar de mejor humor. Es por eso que debemos incluirlo dentro de nuestras actividades habituales.
  8. Confiar en nosotros mismos incluso después de un fracaso. Estoy segura de que ya sabéis que se aprende mucho más de los fracasos que de los aciertos. Debemos aprender a ver estos fracasos como oportunidades de aprendizaje que nos ayudan a crecer como personas. Incluso a verlos como algo positivo, porque el hecho de que hayamos fracasado quiere decir que también hemos realizado el esfuerzo de intentarlo.
  9. Ser realistas, conocer nuestras habilidades y carencias. Todos, absolutamente todos, podemos realizar alguna tarea con increíble destreza, sin embargo, no hay nadie que pueda realizarlas todas con excelencia. Es realmente importante que interioricemos esta idea, porque muchas veces nos frustramos porque no somos capaces de hacer algo tan bien como nos gustaría. Y es que tenemos habilidades, pero también carencias.
  10. Entender que las cosas tardan más en conseguirse de lo que pensábamos. Nos han enseñado desde pequeños a obtener las cosas en el mismo instante que las pedimos, pero esto no se corresponde con la realidad de la vida. Es frecuente que algo que deseemos tarde más en llegar de lo que pensábamos, pero eso no significa que no llegue o que nuestro esfuerzo no se vaya a ver recompensado.
¿Os parece una lista completa o creéis que me he dejado algo en el tintero? Si tenéis alguna idea más no dudéis en proponerla.

fotografía de lenmanaa
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    ¿Cómo puedo dejar de sufrir?

    23 noviembre 2011
    Como ya había comentado en el artículo el sufrimiento: claves para su entendimiento, el origen real de nuestro sufrimiento viene determinado por los pensamientos que asoman previamente en nuestra cabeza. Esto quiere decir, por mucho que nos cueste asumirlo, que nosotros somos la causa principal de nuestro malestar. Pero también tiene una consideración muy positiva y alentadora ¡también somos el remedio!

    Si hay alguien que aún no esté convencido del hecho de que nuestros pensamientos sean los responsables de nuestras emociones, puede pensar en un caso muy sencillo:

    Nos pasamos el año deseando las ansiadas vacaciones. Cada día que pasa es una nueva equis marcada en el calendario, unas horas menos para esa deseada libertad, para disfrutar de nuestro merecido tiempo libre. Sin embargo, ¿qué es lo que ocurre cuando sobrepasamos el ecuador de nuestros días libres? Si nuestras emociones fueran el resultado únicamente de lo que nos ocurre, deberíamos estar felices y exultantes porque estamos disfrutando de todo lo que queríamos hacer (o no hacer) y no podíamos. En cambio, son muchas las personas que reconocen sentirse angustiadas por el inevitable final de las vacaciones. Y esto es sólo una prueba más que nos revela la importancia de nuestros pensamientos.

    Por la misma razón existen personas que pueden vivir una vida relativamente feliz aunque se encuentren en circunstancias terriblemente difíciles. La clave de todo es anticiparse con pensamientos positivos y de ánimo del tipo: ¡lo puedo conseguir!, lo bueno se hace esperar, pero acaba llegando, etc. Con esto no pretendo decir que se cierren los ojos y se de la espalda a la realidad, sino que se intente ver desde una perspectiva más objetiva o, incluso, optimista. Porque ese es el camino principal para dejar de sufrir.


    fotografía de Niophee
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    Fajitas mexicanas ¡Fáciles y riquísimas!

    Si estás buscando una receta fácil y divertida que gusta a todo el mundo, las fajitas mexicanas (o mejicanas) son una gran elección. Su preparación no requiere unas grandes dotes culinarias y, sin embargo, el resultado es realmente brillante. ¡Anímate a prepararlas!

    Ingredientes

      1/2  pechuga de pollo
      1     pimiento rojo
      1     pimiento verde
      1     cebolla
      1    paquete de sazonador para fajitas
      1    paquete de tortillas mejicanas
      1    tarro de salsa mejicana o salsa de tomate
      _    aceite


    Preparación

    1. Se trocean las verduras en juliana (en tiras finas) y se pochan en una sartén con un poco de aceite. Cuando estén en su punto, se reservan.
    2. Se dora el pollo, que previamente ha sido troceado en tiras y sazonado con el sazonador para fajitas, en una sartén.
    3. En el momento en el que el pollo ya esté bien hecho, se le añade las verduras y se rehoga todo junto un par de minutos.
    4. Se calientan las tortillas en el microhondas (1 minuto), en el horno a 180º envueltas en papel de aluminio (15 minutos), o en una sartén limpia (vuelta y vuelta).
    5. Se rellenan con las verduras, el pollo y la salsa.
     Y ya están ¡listas para comer!



      Truco

      Si quieres que las verduras tarden menos en hacerse, tapa la sartén con la tapa de una cacerola. Cuando se hayan puesto tiernas, destápala y sigue rehogándolas de la forma habitual.

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        El sufrimiento: claves para su entendimiento

        22 noviembre 2011
        ¿Alguna vez te has parado a pensar en por qué sufrimos tanto? ¿Es necesario ese sufrimiento? o, por el contrario, sufrimos de manera inútil.

        La mayoría de las personas con las que he hablado coinciden al decir que sufren inútilmente. Y, por lo tanto, minimizar ese sufrimiento es uno de los retos a los que nos tenemos que enfrentar en algún momento de nuestras vidas. Las noches en vela, los nervios a flor de piel, los episodios de taquicardia, etc. son efectos que pueden evitarse si se sabe cómo.

        Pero el primer paso y, sin duda, el más importante, es reconocer cuál es el origen de ese sufrimiento. No me estoy refiriendo a la causa explícita de nuestro mal, como por ejemplo: que nuestra relación de pareja esté en la cuerda floja, que alguno de nuestros padres se encuentre mal de salud o que no nos sintamos realizados en nuestro trabajo; sino a la causa inmediata que lo origina: los pensamientos negativos.

        Llegados a este punto, algunos os resistiréis a creer que esto es cierto. Porque de ser así, seríamos nomos nosotros mismos los que provocamos nuestro sufrimiento y eso sería como tirar piedras sobre nuestro propio tejado. Pues bien, yo os invito a que reflexioneis en profundidad y descubráis si cada vez que os habéis sentido angustiados, previamente vuestra vocecilla interna ha exclamado algo como: ¡No puedo más!, ¡Es que todo me pasa a mí! o ¿Por qué siempre tengo tan mala suerte?

        fotografía de PrettyMoment
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